jueves, 28 de junio de 2012

LA UNIVERSIDAD VENEZOLANA Y SUS ASPECTOS POLITICOS


Podemos entender que la Universidad es el centro de la cultura creadora, abierta a todas las tendencias del pensamiento; donde todas las ideologías y posiciones políticas deben tener cabida; donde el más amplio y libre análisis permita el enjuiciamiento de ideas y de conductas; donde la racionalidad crítica surja como expresión propia del quehacer universitario.

Por otra parte, se encuentra el Estado tratando de ampliar progresivamente sus funciones de intervención especialmente en el ámbito educativo. El hecho de que el Estado este constituido por diversas instituciones y aparatos que cumplen funciones diferentes puede traer contradicciones o dificultades ante la realización del proyecto hegemónico global y los proyectos institucionales particulares que integren ambos aspectos.
Este proyecto educativo puede transformarse con el conjunto de alianza, concertaciones y oposiciones que se dan entre las diversas fuerzas y grupos sociales con poder o capacidad de influencia en la esfera educativa.
Vinculando la relación entre educación y sociedad, se han identificado diferentes formas históricas de enseñanza que han operado en las distintas etapas del desarrollo capitalista dependiente venezolano. El modelo oligárquico-liberal, el liberal populista y el modelo tecnocrático que se perfila en la actualidad, sin mencionar que aun se superponen rasgos de modelos históricos anteriores.
La problemática actual, se configura alrededor de la crisis que confronta el modelo liberal-populista, en consecuencia al desarrollo económico y al modelo político, abordando el estudio en la educación superior venezolana, dicha situación emerge debido a la crisis generada por la profundización de las contradicciones.
Las manifestaciones de la crisis del modelo liberal-populista, plantea la redefinición de las funciones que venía cumpliendo la educación superior en el marco del modelo social y político y de las condiciones económicas sociales. La educación superior, durante los años sesenta, planteaba un modelo que garantizara la integración social de los individuos hacia los nuevos valores culturales, que debían proporcionar a su vez, la estabilidad del nuevo proyecto político; en el cual, el Estado debía definir una estrategia educativa fundada esencialmente en el principio de la igualdad de las oportunidades educativas. Este principio se tradujo en la promoción de un sistema público común de enseñanza, donde las oportunidades de acceso y de continuidad del sistema educativo fuesen efectivamente iguales para todos.
Es decir, esta igualdad no se refiere al nivel intelectual, capacidad cognitiva, rendimiento o promedio académico del estudiante, sino por el contrario se hace referencia es a la equidad en cuanto aspectos económicos, sociales y culturales del mismo.  
Desde el punto de vista económico, aquellos alumnos que deseen ingresar a la educación superior y presenten dificultades para costear sus estudios, deberían contar con políticas de Estado que les proporcionen las mismas posibilidades de acceso y continuidad en el sistema de educación superior.
Por otra parte desde el punto de vista social, esta igualdad significa que cada individuo debería tener la misma oportunidad educativa a nivel superior sin tener distinción o discriminación por su tendencia política o cualquier nexo existente relacionado con las autoridades universitarias. 
En 1958, entra en vigencia la Ley de Universidades, bajo el sistema oligárquico-liberal, se mantiene la estructura de facultades con una compleja estructura burocrática. Es a partir de este momento que surgen nuevas disciplinas y carreras en respuesta a las nuevas exigencias de orden económico y cultural, profesiones y carreras que permanecen hasta ahora. Por esta razón, se pretende que las universidades cumplan un doble  papel, como instancias de reproducción del orden instituido y como las agencias más activas de contestación política. En este periodo se profundiza el proceso de radicalización política y polarización ideológica que experimento la universidad venezolana impulsada por el proyecto liberal.
A estos procesos de orden socio-político, se agregó el problema de la restricción estructural de la demanda de empleo de los sectores productivos. Todos estos aspectos se conjugaron para configurar una crisis. La nueva política educativa en el marco de la redefinición de la estrategia económica de desarrollo; se producen durante la elevación de los precios del petróleo, ya que con ello aumentaron los ingresos del Estado, estimulando a las pequeñas y medianas industrias, las cuales contribuirían a alcanzar el pleno empleo.
En el desarrollo de todo ese proyecto, el Estado asumió un papel más activo en el desarrollo del país, actuó no solo como regulador y estimulador de la actividad económica, sino también como productor y empresario, conformándose claramente un capitalismo de Estado.
Entre los cambios de proyectos políticos y de las transformaciones económicas, se interrelacionan cambios que hacen emerger las nuevas estrategias educativas de reformas, las cuales plantearon la prioridad de transformar la educación media, mientras que otras hacían evidente dar más prioridad a la educación superior y al postgrado. La política educativa giro sobre una estrategia global de transformación de la gestión y administración del proceso educativo. Esto explica que la democratización del sistema educativo era uno de los ejes de la nueva estrategia, que trato de orientar a cada individuo hacia el tipo y nivel educativo correspondiente a sus capacidades y necesidades personales, así como también a las necesidades de desarrollo del país.
Dentro de los cambios presentes en la educación superior el Estado formuló una estrategia de control político, para así centralizar y controlar las decisiones y contrarrestar el proceso de contestación y radicación política que protagonizaban las universidades. Se presentó un crecimiento de la matricula, lo cual se convirtió en un problema critico por su impacto en el gasto publico.
En la reforma parcial de la Ley de Universidades de 1970, el propósito era centralizar las decisiones más importantes en materia de Educación Superior, pretendiendo eliminar la autonomía de las universidades. Con ese fin se modificaron y ampliaron las atribuciones y la composición del CNU aumentando la injerencia del ejecutivo en ese cuerpo. Así mismo se crea el OPSU para apoyar al CNU en la planificación y regulación del crecimiento de la educación superior. Esta nueva institución tiene como atribuciones el proceso de selección, orientación y distribución de la matricula estudiantil a nivel de educación superior.
El sistema de preinscripción nacional y el proceso de diversificación se unieron dando como resultado la coexistencia de instituciones heterogéneas, en conclusión se desea resaltar que los resultados de las políticas instrumentales por parte del Estado en la estrategia educativa, introdujeron nuevos elementos de crisis de la educación superior.
Este tipo de gestión incoherente dio lugar a un sistema de educación superior totalmente desarticulado tanto en términos jurídico-organizativos como académicos.
Por iniciativa del Ministerio de Educación se ha tratado de impulsar un anteproyecto de Ley de Educación Superior, que recoja la idea de integración y que intente dar organicidad jurídica a ese proceso; previendo nuevas fuentes y mecanismos de financiamiento para ese sector, como alternativa ante las crecientes limitaciones financieras asociadas a la contracción del gasto publico.
CAMBIOS SOCIOPOLÍTICOS EN LA UNIVERSIDAD VENEZOLANA
Se espera que la universidad convertida en poderosa y dinámica fuerza social, este al frente de los cambios sin apartarse de su entorno. También se cree que el desarrollo de un aparato administrativo institucional bien dotado, como requisito necesario para que sus integrantes cumplan a cabalidad sus respectivas tareas. La universidad es uno de los centros políticos más importantes del país, en ella han surgido partidos y proyectos políticos de relevancia histórica; ha sido vocera de la contestación política y sede de movimientos revolucionarios y en otros momentos se ha movido sobre sí misma compitiendo con el Estado; por estas razones se hace difícil deslindar con precisión el ámbito especifico de los actores, sean ellos profesores o estudiantes. Existen varios escenarios como podemos percibir a la universidad entre ellos están:
a)      La Universidad Democrática
La universidad democrática venezolana comienza a gestarse con el movimiento estudiantil, el cual surge como una expresión de protesta contra la dictadura gomecista. Este mismo grupo toma mayor fuerza y asume un papel pionero en la organización de los partidos políticos, sindicatos y demás asociaciones de la reciente democracia representativa. Con estos cambios se aspiraba conseguir mayor injerencia en la conducta del país.
En esta coyuntura, profesores y estudiantes de la universidad, asumen un doble papel: como actores políticos y como actores institucionales, para dotar a la universidad de un nuevo estatuto legal, inspirado en el modelo Córdoba, el cual fue asumido por la mayoría de las universidades latinoamericanas. Este modelo se basa en la autonomía y el cogobierno, la libertad de cátedra y de investigación.
b)      Confrontación Ideológica
Superada la situación política del orden democrático, posterior a la dictadura florecen diferencias ideológicas, diferencias que no solo involucra a los sectores de izquierda, sino también a los partidos URD y AD; estos sectores se identifican con los grupos marxista y establecen una asociación estratégica de corte antiimperialista. Estos grupos adoptan una estrategia de lucha armada la cual nutre a los sectores estudiantiles.
Las universidades pasan a ser no solo escuelas de socialización política sino también un centro logístico de operaciones bélicas de guerrilla; es aquí donde comienza un enfrentamiento político-ideológico, entre los que sustentan el proyecto democrático-dependiente y de los que van en contra de la luchan antiimperialista. Ante esta situación no queda espacio a los intereses institucionales puesto que se encuentra en disputa el Estado y los grupos estudiantiles.
c)      El Movimiento de Revolución
Existe un gran desplazamiento de las fuerzas internas de la universidad hacia un nuevo cause que va a ser el movimiento de renovación. El movimiento de renovación se inicia en la Facultad de Ciencias de la Universidad Central de Venezuela, proyectándose también a otras universidades, se prolonga hacia tres universidades más, cuando el gobierno las toma militarmente. 
Por primera vez la educación superior venezolana, tiene un apoyo organizacional interno; con actores como: las autoridades rectorales, decanos, directores de escuelas, profesionales y estudiantes se abren en una confrontación ideológica, donde el debate gira en torno a una transformación del contenido curricular, en su aspecto formativo, técnico-científico y didáctico, con una reestructuración de las relaciones de poder en los modos de organización y gestión de la vida institucional. Esta renovación fue el camino que abrió las posibilidades posteriores de cambio.
d)      La Reforma y sus Repercusiones
La universidad que se caracterizo por la fuerza de sus actores y por su capacidad para defender su autonomía sufrió un debilitamiento en su poder interno. Esto se evidencio cuando AD y Copei se pusieron de acuerdo para hacer una reforma parcial de Ley de Universidades, en la que se transfieren atribuciones de sus autoridades al Consejo Nacional de Universidades; promoviendo la eliminación de la Autonomía Universitaria, dotando de esta manera al Consejo Nacional de Universidades casi todas las funciones; luego de este nuevo estatuto legal la universidad fue objeto de un conjunto de medidas organizativas como la creación de departamentos, períodos semestrales, sistema de unidades de crédito, todo esto fue implementado sin evaluar sus ventajas o desventajas de carácter académico.
Es importante resaltar que la verdadera autonomía universitaria es aquella que se consolida cuando toda la comunidad participa democráticamente de las decisiones fundamentales para la institución, mediante los más diversos mecanismos de consulta y discusión. Desde su propio seno, la universidad debe ser capaz de propiciar y llevar a cabo movimientos de transformación universitarios que superen las actuales deficiencias estructurales y funcionales que hoy le restan eficiencia. Entonces, la democracia dejará de ser un concepto abstracto o una práctica electoral esporádica y se convertirá en la activa participación de todos en las complejas tareas de conducir y hacer avanzar la universidad.

Para que la universidad pueda alcanzar sus misiones principales, necesita conquistar dos condiciones básicas: el ejercicio democrático de su autonomía y la transformación legítima de sus estructuras de funcionamiento. No es posible emprender y llevar a cabo las transformaciones estructurales renovadoras que la universidad requiere sino dentro de un clima específico universitario de democracia: foros, asambleas, conferencias, polémicas, seminarios, simposio, talleres, etc., con la más amplia participación de la comunidad. En consecuencia, la democracia universitaria deja de ser una abstracción vacía o un ejercicio ocasionalmente electoral en la medida que asuma existencia cotidiana en la lucha de la comunidad por las transformaciones estructurales y funcionales que la universidad necesita.

Dentro de la educación superior se crearon subsistemas, donde se establecieron como un universo heterogéneo y desarticulado de instituciones en su mayoría no autónomas, cuya estructura organizativa favorecía la influencia de actores externos que en su mayoría se encontraban vinculados a partidos políticos. Mientras los factores internos de las universidades autónomas que antes se encontraban orientados hacia objetivos políticos e institucionales, ahora han sido  modificados paulatinamente sus roles de participación.

En este sentido se creó un vacio de concepciones e información que trajo como consecuencia el surgimiento de antivalores del consumismo, la competencia utilitarista y el individualismo promovido en su mayoría por los medios publicitarios.
e)      Tendencias Emergentes  
Es notoria la presencia y proliferación de las organizaciones de partidos políticos, donde estos toman fuerzas dentro de las universidades autónomas y experimentales del subsistema de Educación Superior; sin embargo, los sectores independientes se organizaron y lograron un apoyo del electorado por encima de estos partidos políticos agrupando a los sectores institucionales, gremiales y estudiantiles.
Así mismo, la crisis económica los acercó movilizándolos a la conquista de mejoras sociales., ubicándolos a que sean actores internos de las instituciones. Entre los roles de estos actores podemos encontrar roles profesorales y roles estudiantiles.
Roles Profesorales:
Políticos Activos:
·         Su interés respecto a la sociedad varía de acuerdo con su vinculación político-ideológica y partidista.
·         Perciben a la institución como un espacio importante de desarrollo político para acumular recursos de poder.
·         Su participación se hace más extensa en los periodos electorales.
Institucionalista:
·         El objetivo de su actuación se orienta hacia lo institucional.
·         Puede vincularse o no a las diferencias académicas y administrativas.
·         Su participación es esporádica, coyuntural y localizada.
·         Actualmente no se perciben cambios orientados hacia la parte institucional.

Gremiales:
·         Se orienta a la solución de problemas económicos laborales.
·         Se vincula a la profesionalización y a la sindicalización del docente.
·         Los gremios poseen un importante poder de influencia en las políticas financieras.
·         Posee una solida base organizacional interna.
Burocráticos:
·         Existe un importante número de personas dedicada a las funciones de dirección y administración de las instituciones.
·         Su línea de acción política se dirige a obtener posiciones en la jerarquía del poder burocrático interno.
·         Son miembros o simpatizantes de los partidos políticos con los que suelen hacer alianzas o concertaciones sobre la política interna y la distribución de los cargos.
Roles Estudiantiles:
Políticos Activos:
·         Tiene una vinculación variada dentro del mundo político interno.
·         Su proselitismo político se vincula con otras facetas de su gestión.
Institucionalista:
·         Asumen las reivindicaciones gremiales.
·         Sus reivindicaciones se articulan con los gremios estudiantiles.
Gremiales:
·         Los actores estudiantiles se enfocan en la búsqueda de beneficios socioeconómicos.
·         Han llegado a competir con los del activismo político.
La universidad venezolana es un ente especialmente sensible a los cambios de la política nacional e internacional. Es un rango que tipifica a todas las universidades del mundo. El esfuerzo por desarrollar un estudiantado o un profesorado "apolítico" responde claramente a un objetivo político-ideológico ampliamente conocido.
Pero la universidad no es, no debe ser, una institución partidista, politiquera.

Actualmente, la educación superior venezolana en su totalidad esta urgida de cambios profundos en su estructura organizativa, académica y en sus relaciones con el resto del país. Aunque en su interior las motivaciones y los intereses de sus actores se han apartado significativamente de lo político-ideológico, esto ha contribuido muy poco para solucionar los problemas actuales; así como también se entiende que en su gran mayoría la comunidad universitaria es independiente de los partidos políticos, sin que ello signifique que no posean su propio horizonte ideológico. La universidad está abierta al país: a su cultura, a su educación, a toda la problemática de Venezuela como nación del siglo XX. La actividad de los partidos políticos en la universidad tiene que asumir formas y mecanismos típicamente universitarios y no trasladar de modo mecánico la política de la calle, del sindicato o del Congreso a la universidad. El compromiso universitario con la ciencia y el país trasciende ampliamente los estrechos marcos de cualquier organización política.
Dentro de este cuadro, el papel fundamental de la universidad no es solo enseñar a la joven generación venezolana los aspectos humanísticos, científicos y tecnológicos aportados por otras latitudes, sino también contribuir ideológicamente a forjar una conciencia crítica sobre la realidad nacional, desprovista de todo dogmatismo y abierta siempre al análisis y la discusión. La universidad tiene el compromiso de velar por la legitimación de nuestra herencia cultural y el progreso de los valores contemporáneos positivos que integran la nacionalidad. Como factor decisivo en la difusión y creación del saber, la universidad tiene que proyectar una concepción científica del mundo y del hombre, como incremento del patrimonio cultural venezolano.

Ante esta situación es necesaria una gestión universitaria imparcial, independiente de las presiones partidistas que aspiran controlar su dirección. Una conducción que tiene que atender a las aspiraciones fundamentales de la comunidad universitaria: profesores, estudiantes, trabajadores. No se trata de adversar a los partidos, sino del rechazo a las presiones, a la hegemonía al dominio de determinados partidos políticos, que anteponen sus objetivos partidistas a los fines trascendentales de la universidad. La aspiración es que todos puedan expresarse y todos puedan ser escuchados, en la más franca discusión de la comunidad universitaria, única capaz de definir los medios más justos e idóneos para la conducción de la misma. Cuando este proceso se consolide, entonces podremos contar con estrategias solidas basadas para fomentar el desarrollo pleno e independiente de nuestra nación.
PUBLICADO POR: MARÍA CAROLINA GARCÍA

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