La docencia como
profesión se ubica en un contexto social, institucional, grupal e individual, en
consecuencia los obstáculos a los que se enfrenta el docente no solo se
originan en el momento de la interacción en el salón de clases sino que son
reflejo de un problema social. En la compleja y cambiante sociedad actual, el
sistema educativo le exige cada vez más su modernización, encontrándose en la
obligación de transformar la planificación, organización, contenido y
enseñanzas acorde con los cambios económicos, sociales, culturales y
tecnológicos del país.
En efecto, por la función social que realizan los educadores están sometidos constantemente a situaciones
estresantes, según últimos estudios la docencia debe ser asumida como
profesión de riesgo en cuanto a la salud psíquica, de estrés, de depresión. De
tal modo, la situación emocional en este caso de los profesores universitarios,
tienen que enfrentarse a acontecimientos que impliquen cambios en las
actividades diarias que por lo general se hacen en períodos de tiempos cortos,
adicionalmente la mala
remuneración, exceso de trabajo, entre muchos otros
factores a los que tiene que adaptar su actividad educativa afectando su propio
bienestar personal.
De todo esto se
desprende el concepto de malestar docente o también llamado estrés laboral
docente, donde el sujeto (docente) percibe estar atravesando una situación que
le supera su capacidad de respuesta, exponiéndose a grandes presiones en su
trabajo por las diversas causas antes mencionadas, como resultado de esto se ve
afectado negativamente y ocasionando cambios fisiológicos y del comportamiento
llevando a tomar decisiones
inadecuadas, sentimientos de
insatisfacción y la desmotivación. Cabe recordar que de la calidad del
desempeño del docente puede depender el éxito o fracaso de un sistema educativo
es por ello la importancia que juega el bienestar físico y mental en esta
población.
Sobre todas las
consideraciones anteriores, el estrés funciona en la persona según un mecanismo
produciendo una
respuesta biológica, es innata en cada individuo, y ayuda a enfrentarse a
situaciones que considere le ponen en peligro, cada individuo responde de manera
diferente pues lo que para una persona es estresante quizás no lo sea para
otra, sin embargo, el estrés se considera negativo cuando
se experimenta por un periodo prolongado acompañado de síntomas fisiológicos
así como emocionales que afecten la conducta perjudicialmente, generando
también variaciones de carácter psicológico, tales síntomas pueden ser:
sentirse perturbado, incapacidad para concentrarse, irritabilidad, pérdida de
confianza en sí mismo, preocupación, dificultad para tomar decisiones
(respuestas psicológicas), pulso rápido, tensión de los músculos, alteraciones
del sueño, entre otras, (respuestas fisiológicas), y como consecuencia se
presenta una disminución del rendimiento laboral del docente en este caso.
Adicionalmente se han hecho una gran cantidad de investigaciones científicas en torno
a lo que se refiere el estrés siendo así definido de tres maneras distintas;
como estimulo, como respuesta y como interacción. En el primer caso se ve
reflejado cuando se habla de un estimulo medioambiental
considerando una situación como estresante, en el segundo caso se considera al
estrés como una respuesta física, es decir, cuando éste se manifiesta mediante
síntomas fisiológicos y por último se considera como resultado de la interacción
de los estímulos medioambientales y la persona, demostrándose el esquema
cognitivo de lo que el individuo percibe acerca de una situación determinada.
Asimismo, un suceso es
estresante en la medida en que el sujeto lo perciba o lo valore como tal,
considerando las presiones primarias percibidas, y los recursos de
afrontamiento que se consideran disponibles y alcanzables, sean cuales sean las
características objetivas del mismo. Es aquí donde entran en juego las
estrategias de afrontamiento, estas pueden ser usadas para eliminar o modificar
la situación problema, permitiendo un reencuadre cognitivo del significado de
la situación estresante, o el manejo de las consecuencias emocionales del
estrés generado por una situación.
Ahora bien, para
los psicólogos Lazarus y Folkman (1986) existen dos tipos de estrategias de
afrontamiento; la primera va dirigida al problema y la segunda dirigida a las
emociones; la resolución de problemas se caracteriza por alterar el problema
que está causando el malestar o incrementando los recursos para hacer frente a
la situación estresante. La segunda estrategia, habla de una regulación
emocional, la cual se centra en las emociones que presenta el sujeto ante el
problema. En ambos casos el afrontamiento implica la orientación y la actividad
de la persona en respuesta a un estresor. Es decir, el afrontamiento centrado
en el problema incluye estrategias cognitivas como comparaciones optimistas, o
conductuales, como el intento de resolución de problemas, mientras que las estrategias
de afrontamiento dirigidas a la emoción por lo general son de evitación y
consisten fundamentalmente en la negación al problema.
Para continuar,
la idea central es el proceso de evaluación cognoscitiva, que se refiere al
proceso de toma de decisiones para evaluar los daños y beneficios presentes en
las interacciones de las personas con su ambiente. Asimismo, ante situaciones
estresantes, las personas pueden presentar conductas de acercamiento-evitación
o procesos defensivos para enfrentar demandas complejas, así como un amplio
rango de estrategias cognitivo-conductuales que les ayudan a resolver problemas
regulando sus funciones emocionales. Entonces, ante un estímulo estresante
proveniente del medio (el ambiente en general al que se expone el docente), el
organismo realiza una evaluación y proporciona estrategias de afrontamiento a
las que se suman expresiones emocionales, y actúa en consecuencia dando una
serie de respuestas. Tanto la evaluación que realiza la persona como sus
emociones relacionadas, influyen en los procesos de afrontamiento.
Estrés
Se han hecho una gran
cantidad de investigaciones científicas en torno a lo que se refiere el estrés
siendo así definido de tres maneras distintas; como estimulo, como respuesta y
como interacción. En el primer caso se ve reflejado cuando se habla de un
estimulo medioambiental considerando una situación como estresante, en el
segundo caso se considera al estrés como una respuesta física, es decir, cuando
éste se manifiesta mediante síntomas fisiológicos y por último se considera
como resultado de la interacción de los estímulos medioambientales y la
persona, demostrándose el esquema cognitivo de lo que el individuo percibe
acerca de una situación determinada.
Ahora, es necesario
destacar ciertas teorías que son de mucha utilidad para la comprensión de este
tema tan amplio como lo es el estrés el cual ha sido estudiado desde hace
décadas atrás.
Una de las perspectivas que
se desea resaltar en la presente investigación es la de Hans Seyle, el cual
desde la época de 1956 a 1982 (citado por Brannon y Jess, 2001) se dedico a
investigar y popularizar el concepto de estrés, relacionando esta variable con
las enfermedades físicas e investigó sus efectos en las respuestas fisiológicas
relacionándolas por su parte con el desarrollo de la enfermedad.
Para este autor el estrés
era considerado como parte de un estímulo ya que se centraba en las condiciones
medioambientales que lo producían y como una respuesta por el hecho de que el
organismo era el que desarrollaba esta manifestación. Así bien Seyle por esta
dicotomía decidió crear dos términos para distinguir los dos elementos. El
elemento estresor para referirse al estímulo y estrés para designar la
respuesta.
Para Selye el estrés se
definía como una respuesta no específica ya que es provocada por diversos
estresores medioambientales y se manifiesta de manera fisiológica. Para
entender de una manera más concreta esta conceptualización es necesario acotar
una explicación más exacta y sistemática de la adquisición del estrés, para
ello este autor crea la explicación de Síndrome de Adaptación General el cual refiere
el intento que hace el organismo para defenderse de los agentes negativos.
Este mecanismo se divide en
tres etapas:
1. Reacción de Alarma:
Alerta del sistema nervioso simpático, activando los sistemas corporales de
manera que activen sus fuerzas preparándose para la respuesta, posteriormente
se libera la adrenalina, aumentando el pulso cardíaco, la presión sanguínea, la
respiración, la sangre es desviada a los órganos internos, activación de las
glándulas sudoríparas y el sistema gastrointestinal reduce su actividad. Las reacciones
nombradas anteriormente son adaptativas sin embargo otras situaciones estresantes
implican una exposición prolongada al estrés.
2. Fase de Resistencia:
Adaptación del organismo al estresor, presentando un aspecto externo normal sin
embargo los síntomas fisiológicos y hormonales persisten. Seyle consideraba que
la duración de estos síntomas fisiológicos desencadenaban una serie de
enfermedades como: Ulceras pépticas, colitis ulcerosas, hipertensión, enfermedad
cardiovascular, hipertiroidismo y asma bronquial.
3. Fase de Agotamiento:
Agotamiento del organismo para resistir al estrés, se produce un derrumbamiento
físico, activación del sistema parasimpático manteniendo el funcionamiento del
cuerpo en equilibrio, sin embargo dicho funcionamiento presenta un nivel bajo
para compensar el nivel elevado de la actividad simpática precedente.
La perspectiva de Selye por
el hecho de considerar el estrés como una serie de respuestas fisiológicas,
apartaba en gran medida los factores psicológicos como los componentes
individuales del ser humano y la interpretación individual de los
acontecimientos estresantes.
La teoría de Lazarus (1984)
incluye los factores psicológicos, acotando que dicha perspectiva es relevante
para la presente investigación por el hecho de usar sus basamentos en el
planteamiento del problema y marco teórico así como en posibles conclusiones.
Desde 1984 a 1993 Lazarus
(citado por Brannon y Jess, 2001) destaca su teoría del estrés donde afirma que
la interpretación de los acontecimientos estresantes de cada ser humano es más
importante que el mismo hecho de experimentar dichos acontecimientos. Lazarus
(1984) acota que el factor más importante que influye en el estrés es la
percepción que tiene el individuo de la situación psicológica ya que mediante
la misma se pueden presentar peligros potenciales, amenazas, desafíos y la capacidad
de cada individuo de afrontar dichas situaciones.
Factores Psicológicos
intervinientes en el estrés según Lazarus
Para Lazarus (1984) uno de
los factores psicológicos más importantes entraba en la capacidad que tienen
las personas para pensar acerca de las situaciones futuras y evaluarlas, dicha
capacidad las hace vulnerables de un modo distinto al de los animales. Los
humanos experimentan estrés, ya que disponen de una serie de capacidades
cognitivas de alto nivel, de las que los animales carecen.
Según Lazarus la base
fundamental del efecto que tiene el estrés sobre una persona es la sensación de
amenaza, su vulnerabilidad y su capacidad para afrontarlo, es decir no es la
situación estresante propiamente dicha sino la visión que tiene la persona de
éste, lo que hace que la situación resulte estresante.
Una definición muy completa
la dan Lazarus y Folkman (1984) quienes acotan que el estrés es: “una relación
particular entre la persona y el entorno valorada por la persona como una
situación que le sobrepasa y pone en peligro su bienestar” (p. 19).
De la definición anterior
se pueden extraer aportes importantes ya que Lazarus destaca una posición
basada en la transacción, afirmando que el estrés hace referencia a una
relación existente entre la persona y el entorno, considerando que esta transacción
es la valoración personal de la situación psicológica, sin embargo dicha situación
es una condición amenazante, desafiante y peligrosa para el ser humano.
Luego de incorporar los
factores psicológicos que explican de manera exhaustiva el desencadenante del
estrés es vital describirlos en el siguiente apartado, como es el caso de la
valoración que se utiliza para evaluar la situación.
Lazarus y Folkman (1984)
afirmaron que existen tres clases de valoración para evaluar la situación como:
a) Valoración Primaria:
Evalúa los efectos de dicha situación positiva, negativa, o irrelevante sobre
su propio bienestar. El ser humano valora la situación estresante considerándola
como peligrosa, amenazante o desafiante, resultando de esta tres alguna
emoción.
Lazarus definió el peligro
como el daño psicológico que ya ha sido infligido, la amenaza es la
anticipación del peligro y el desafío confianza que tiene una persona en superar
demandas difíciles. Esta valoración primaria de peligro puede producir enfado,
irritación, disgusto, contrariedad o tristeza. La valoración de amenaza produce
ansiedad, miedo y preocupación, mientras que la valoración de desafío puede causar
inquietud o anticipación. Es importante resaltar que estas valoraciones no originan
estrés sino más bien son generadas por la valoración que el individuo hace de
una situación dada.
b) Valoración Secundaria:
El ser humano se cuestiona acerca de su capacidad para controlar o afrontar el
peligro, la amenaza y el desafío.
c) Reevaluación: Las
apreciaciones del sujeto cambian constantemente a medida que se dispone de
nueva información y puede producirse gracias al efecto de un factor
medioambiental. Esta última valoración no siempre produce un menor estrés sino
por el contrario puede incrementarlo.
Estrés laboral docente y
Estrategias de Afrontamiento.
Existe una gran diferencia
entre cualquier otro trabajo y el trabajo docente. En este último, no toda la
tarea se realiza en la Institución y en el horario de clases. La jornada laboral
del docente continúa en su casa a diferencia de otros profesionales o empleados
asalariados. Según múltiples estudios se considera población de riesgo al
estrés, el personal sanitario, personal de la enseñanza, asistentes sociales
entre otros profesionales con contacto con personas. De tal manera el estrés se
puede presentar generalmente por el exceso de trabajo, lo que conlleva a un
sobreesfuerzo que genera estados de ansiedad y fatiga.
Una
definición de el estrés laboral docente la dan: Kyriacou y Sutcliffe citados
por Muchinsky, 2000, “el estrés del
profesor se define como aquella experiencia de emociones negativas y
desagradables, tales como enfado, frustración, ansiedad, depresión y
nerviosismo, que resultan de algún aspecto de su trabajo y que van acompañadas
de cambios fisiológicos y bioquímicos .
En efecto el estrés laboral docente se puede presentar
cuando el individuo percibe estar atravesando una situación que le supera su
capacidad de respuesta, es decir, los docentes se exponen a grandes presiones
en su trabajo por diferentes causas, como resultado de esto se ve afectado
negativamente y ocasionando cambios fisiológicos y del comportamiento.
Ahora bien, es importante
destacar la importancia de la relación mente-cuerpo Platón
(citado por Oblitas 2006) decía:
De la misma manera
que uno no debería intentar curar los ojos sin la cabeza, o la cabeza sin el
cuerpo, no se debería intentar curar el cuerpo sin el alma…la parte nunca
estará bien a menos que la totalidad este bien (p.56).
Es decir, según esta concepción se entiende que ambos elementos
configuran una totalidad y se condicionan recíprocamente, sin embargo los
numerosos estudios sobre la relación mente-cuerpo han cambiado con el tiempo y
en las diferentes culturas, entones es preciso sumarle importancia a tratar el
estrés no solo por las consecuencias físicas que pudiera generar sino también
el impacto directo de lo emocional, ayudando de manera positiva a
afrontar el diagnóstico y enfrentarse activamente al medio y modificarlo en su
propio beneficio.
Por su parte Milstein y Golaszewski citados por Cheril, Travers y
Cooper (1997) acotan que:
El resultado final del estrés entre maestros es que muchos hombres y
mujeres con talento. Que tienen altas expectativas de progreso, acaban desmoralizados
y desilusionados. Algunos abandonan la profesión. Otros permanecen en ella pero
les asaltan multitud de manifestaciones físicas, emocionales y de
comportamiento que están relacionadas con el estrés.
Cheril, Travers y Cooper
(1997) acotan que “Los docentes padecen
estrés debido al trabajo que hacen en casa, al comportamiento de los alumnos,
la falta de vías promocionales, las condiciones laborales insatisfactorias, la
mala relación con colegas, alumnos y administradores, y muchos otros problemas”.
Es decir, el deterioro emocional del docente puede ser grave cuando este tiene
sobrecarga física y psíquica a causa de las muchas horas de trabajo,
dedicación, presiones y tensiones en la institución.
Lazarus y Folkman (1984)
definen el afrontamiento como “el cambio constante de los esfuerzos cognitivos
y conductuales para responder a las demandas especificas de carácter externo
y/o interno que se valoran como elementos que exceden los recursos de una
persona” (p. 141).
Por su parte Lazarus y
Launier (1966) definen el afrontamiento como “los esfuerzos intrapsiquicos y
orientados a la acción (cognitivos y afectivos), para manejar demandas internas
y ambientales que ponen a prueba o exceden los recursos personales, al ser
valorados como excesivos por el individuo en relación con los recursos que
dispone o cree disponer”.
De acuerdo a Lazarus y
Folkman (1986), se centran en la teoría de la evaluación cognitiva y el
afrontamiento como dos procesos fundamentales y mediadores en la relación
individuo-ambiente. Antes de que ocurra una emoción, las personas hacen de forma
automática, por lo general inconscientemente una evaluación de que ocurre y esto
permite significar para ellos que grado de estrés le puede ocasionar; estos autores clasificaron
dos evaluaciones, la primaria consiste en analizar si el hecho es positivo,
neutro o negativo y, además, valorar las consecuencias presentes daños o pérdidas
y/o futuras del mismo, y la secundaria el individuo analiza los recursos y capacidades
y posibilidades de acción (afrontamiento) ante esa situación estresante.
El afrontamiento por todo
lo dicho, es útil para manipular o alterar el problema con el entorno causante
de perturbación (afrontamiento dirigido al problema) y regular la respuesta
emocional que aparece como consecuencia (afrontamiento dirigido a la emoción).
Entonces, en
consecuencia resulta conveniente considerar seriamente esta problemática,
debido a la importancia que tienen los profesores y la gran responsabilidad que
asumen a la hora de enseñar a los alumnos, e indagar la manera en que se
presenta el estrés y las estrategias de afrontamiento que se puedan recurrir en
relación a los diversos factores a los que se exponen a la hora del desempeño
de los profesores a nivel universitario, todo esto con la finalidad de ofrecer técnicas y herramientas adecuadas para
mantener y perfeccionar su rendimiento laboral.
PUBLICADO POR: GERALDINE BAUTISTA
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