domingo, 8 de julio de 2012

Estrés y Estrategias de Afrontamiento en el Desempeño Profesional de Docentes Universitarios.


La docencia como profesión se ubica en un contexto social, institucional, grupal e individual, en consecuencia los obstáculos a los que se enfrenta el docente no solo se originan en el momento de la interacción en el salón de clases sino que son reflejo de un problema social. En la compleja y cambiante sociedad actual, el sistema educativo le exige cada vez más su modernización, encontrándose en la obligación de transformar la planificación, organización, contenido y enseñanzas acorde con los cambios económicos, sociales, culturales y tecnológicos del país.    
En efecto, por la función social que realizan los educadores están sometidos constantemente a situaciones estresantes, según últimos estudios la docencia debe ser asumida como profesión de riesgo en cuanto a la salud psíquica, de estrés, de depresión. De tal modo, la situación emocional en este caso de los profesores universitarios, tienen que enfrentarse a acontecimientos que impliquen cambios en las actividades diarias que por lo general se hacen en períodos de tiempos cortos, adicionalmente la mala remuneración, exceso de trabajo, entre muchos otros factores a los que tiene que adaptar su actividad educativa afectando su propio bienestar personal.
 De todo esto se desprende el concepto de malestar docente o también llamado estrés laboral docente, donde el sujeto (docente) percibe estar atravesando una situación que le supera su capacidad de respuesta, exponiéndose a grandes presiones en su trabajo por las diversas causas antes mencionadas, como resultado de esto se ve afectado negativamente y ocasionando cambios fisiológicos y del comportamiento llevando a tomar decisiones inadecuadas, sentimientos de  insatisfacción y la desmotivación. Cabe recordar que de la calidad del desempeño del docente puede depender el éxito o fracaso de un sistema educativo es por ello la importancia que juega el bienestar físico y mental en esta población.
Sobre todas las consideraciones anteriores, el estrés funciona en la persona según un mecanismo produciendo una respuesta biológica, es innata en cada individuo, y ayuda a enfrentarse a situaciones que considere le ponen en peligro, cada individuo responde de manera diferente pues lo que para una persona es estresante quizás no lo sea para otra, sin embargo, el estrés se considera negativo cuando se experimenta por un periodo prolongado acompañado de síntomas fisiológicos así como emocionales que afecten la conducta perjudicialmente, generando también variaciones de carácter psicológico, tales síntomas pueden ser: sentirse perturbado, incapacidad para concentrarse, irritabilidad, pérdida de confianza en sí mismo, preocupación, dificultad para tomar decisiones (respuestas psicológicas), pulso rápido, tensión de los músculos, alteraciones del sueño, entre otras, (respuestas fisiológicas), y como consecuencia se presenta una disminución del rendimiento laboral del docente en este caso.
Adicionalmente se han hecho una gran cantidad de investigaciones científicas en torno a lo que se refiere el estrés siendo así definido de tres maneras distintas; como estimulo, como respuesta y como interacción. En el primer caso se ve reflejado cuando se habla de un estimulo medioambiental considerando una situación como estresante, en el segundo caso se considera al estrés como una respuesta física, es decir, cuando éste se manifiesta mediante síntomas fisiológicos y por último se considera como resultado de la interacción de los estímulos medioambientales y la persona, demostrándose el esquema cognitivo de lo que el individuo percibe acerca de una situación determinada.
Asimismo, un suceso es estresante en la medida en que el sujeto lo perciba o lo valore como tal, considerando las presiones primarias percibidas, y los recursos de afrontamiento que se consideran disponibles y alcanzables, sean cuales sean las características objetivas del mismo. Es aquí donde entran en juego las estrategias de afrontamiento, estas pueden ser usadas para eliminar o modificar la situación problema, permitiendo un reencuadre cognitivo del significado de la situación estresante, o el manejo de las consecuencias emocionales del estrés generado por una situación.
Ahora bien, para los psicólogos Lazarus y Folkman (1986) existen dos tipos de estrategias de afrontamiento; la primera va dirigida al problema y la segunda dirigida a las emociones; la resolución de problemas se caracteriza por alterar el problema que está causando el malestar o incrementando los recursos para hacer frente a la situación estresante. La segunda estrategia, habla de una regulación emocional, la cual se centra en las emociones que presenta el sujeto ante el problema. En ambos casos el afrontamiento implica la orientación y la actividad de la persona en respuesta a un estresor. Es decir, el afrontamiento centrado en el problema incluye estrategias cognitivas como comparaciones optimistas, o conductuales, como el intento de resolución de problemas, mientras que las estrategias de afrontamiento dirigidas a la emoción por lo general son de evitación y consisten fundamentalmente en la negación al problema.
Para continuar, la idea central es el proceso de evaluación cognoscitiva, que se refiere al proceso de toma de decisiones para evaluar los daños y beneficios presentes en las interacciones de las personas con su ambiente. Asimismo, ante situaciones estresantes, las personas pueden presentar conductas de acercamiento-evitación o procesos defensivos para enfrentar demandas complejas, así como un amplio rango de estrategias cognitivo-conductuales que les ayudan a resolver problemas regulando sus funciones emocionales. Entonces, ante un estímulo estresante proveniente del medio (el ambiente en general al que se expone el docente), el organismo realiza una evaluación y proporciona estrategias de afrontamiento a las que se suman expresiones emocionales, y actúa en consecuencia dando una serie de respuestas. Tanto la evaluación que realiza la persona como sus emociones relacionadas, influyen en los procesos de afrontamiento.


                                    
Estrés
Se han hecho una gran cantidad de investigaciones científicas en torno a lo que se refiere el estrés siendo así definido de tres maneras distintas; como estimulo, como respuesta y como interacción. En el primer caso se ve reflejado cuando se habla de un estimulo medioambiental considerando una situación como estresante, en el segundo caso se considera al estrés como una respuesta física, es decir, cuando éste se manifiesta mediante síntomas fisiológicos y por último se considera como resultado de la interacción de los estímulos medioambientales y la persona, demostrándose el esquema cognitivo de lo que el individuo percibe acerca de una situación determinada.
Ahora, es necesario destacar ciertas teorías que son de mucha utilidad para la comprensión de este tema tan amplio como lo es el estrés el cual ha sido estudiado desde hace décadas atrás.
Una de las perspectivas que se desea resaltar en la presente investigación es la de Hans Seyle, el cual desde la época de 1956 a 1982 (citado por Brannon y Jess, 2001) se dedico a investigar y popularizar el concepto de estrés, relacionando esta variable con las enfermedades físicas e investigó sus efectos en las respuestas fisiológicas relacionándolas por su parte con el desarrollo de la enfermedad.
Para este autor el estrés era considerado como parte de un estímulo ya que se centraba en las condiciones medioambientales que lo producían y como una respuesta por el hecho de que el organismo era el que desarrollaba esta manifestación. Así bien Seyle por esta dicotomía decidió crear dos términos para distinguir los dos elementos. El elemento estresor para referirse al estímulo y estrés para designar la respuesta.
Para Selye el estrés se definía como una respuesta no específica ya que es provocada por diversos estresores medioambientales y se manifiesta de manera fisiológica. Para entender de una manera más concreta esta conceptualización es necesario acotar una explicación más exacta y sistemática de la adquisición del estrés, para ello este autor crea la explicación de Síndrome de Adaptación General el cual refiere el intento que hace el organismo para defenderse de los agentes negativos.
Este mecanismo se divide en tres etapas:
1. Reacción de Alarma: Alerta del sistema nervioso simpático, activando los sistemas corporales de manera que activen sus fuerzas preparándose para la respuesta, posteriormente se libera la adrenalina, aumentando el pulso cardíaco, la presión sanguínea, la respiración, la sangre es desviada a los órganos internos, activación de las glándulas sudoríparas y el sistema gastrointestinal reduce su actividad. Las reacciones nombradas anteriormente son adaptativas sin embargo otras situaciones estresantes implican una exposición prolongada al estrés.
2. Fase de Resistencia: Adaptación del organismo al estresor, presentando un aspecto externo normal sin embargo los síntomas fisiológicos y hormonales persisten. Seyle consideraba que la duración de estos síntomas fisiológicos desencadenaban una serie de enfermedades como: Ulceras pépticas, colitis ulcerosas, hipertensión, enfermedad cardiovascular, hipertiroidismo y asma bronquial.
3. Fase de Agotamiento: Agotamiento del organismo para resistir al estrés, se produce un derrumbamiento físico, activación del sistema parasimpático manteniendo el funcionamiento del cuerpo en equilibrio, sin embargo dicho funcionamiento presenta un nivel bajo para compensar el nivel elevado de la actividad simpática precedente.
La perspectiva de Selye por el hecho de considerar el estrés como una serie de respuestas fisiológicas, apartaba en gran medida los factores psicológicos como los componentes individuales del ser humano y la interpretación individual de los acontecimientos estresantes.
La teoría de Lazarus (1984) incluye los factores psicológicos, acotando que dicha perspectiva es relevante para la presente investigación por el hecho de usar sus basamentos en el planteamiento del problema y marco teórico así como en posibles conclusiones.
Desde 1984 a 1993 Lazarus (citado por Brannon y Jess, 2001) destaca su teoría del estrés donde afirma que la interpretación de los acontecimientos estresantes de cada ser humano es más importante que el mismo hecho de experimentar dichos acontecimientos. Lazarus (1984) acota que el factor más importante que influye en el estrés es la percepción que tiene el individuo de la situación psicológica ya que mediante la misma se pueden presentar peligros potenciales, amenazas, desafíos y la capacidad de cada individuo de afrontar dichas situaciones.

Factores Psicológicos intervinientes en el estrés según Lazarus

Para Lazarus (1984) uno de los factores psicológicos más importantes entraba en la capacidad que tienen las personas para pensar acerca de las situaciones futuras y evaluarlas, dicha capacidad las hace vulnerables de un modo distinto al de los animales. Los humanos experimentan estrés, ya que disponen de una serie de capacidades cognitivas de alto nivel, de las que los animales carecen.
Según Lazarus la base fundamental del efecto que tiene el estrés sobre una persona es la sensación de amenaza, su vulnerabilidad y su capacidad para afrontarlo, es decir no es la situación estresante propiamente dicha sino la visión que tiene la persona de éste, lo que hace que la situación resulte estresante.
Una definición muy completa la dan Lazarus y Folkman (1984) quienes acotan que el estrés es: “una relación particular entre la persona y el entorno valorada por la persona como una situación que le sobrepasa y pone en peligro su bienestar” (p. 19).
De la definición anterior se pueden extraer aportes importantes ya que Lazarus destaca una posición basada en la transacción, afirmando que el estrés hace referencia a una relación existente entre la persona y el entorno, considerando que esta transacción es la valoración personal de la situación psicológica, sin embargo dicha situación es una condición amenazante, desafiante y peligrosa para el ser humano.
Luego de incorporar los factores psicológicos que explican de manera exhaustiva el desencadenante del estrés es vital describirlos en el siguiente apartado, como es el caso de la valoración que se utiliza para evaluar la situación.
Lazarus y Folkman (1984) afirmaron que existen tres clases de valoración para evaluar la situación como:
a) Valoración Primaria: Evalúa los efectos de dicha situación positiva, negativa, o irrelevante sobre su propio bienestar. El ser humano valora la situación estresante considerándola como peligrosa, amenazante o desafiante, resultando de esta tres alguna emoción.
Lazarus definió el peligro como el daño psicológico que ya ha sido infligido, la amenaza es la anticipación del peligro y el desafío confianza que tiene una persona en superar demandas difíciles. Esta valoración primaria de peligro puede producir enfado, irritación, disgusto, contrariedad o tristeza. La valoración de amenaza produce ansiedad, miedo y preocupación, mientras que la valoración de desafío puede causar inquietud o anticipación. Es importante resaltar que estas valoraciones no originan estrés sino más bien son generadas por la valoración que el individuo hace de una situación dada.
b) Valoración Secundaria: El ser humano se cuestiona acerca de su capacidad para controlar o afrontar el peligro, la amenaza y el desafío.
c) Reevaluación: Las apreciaciones del sujeto cambian constantemente a medida que se dispone de nueva información y puede producirse gracias al efecto de un factor medioambiental. Esta última valoración no siempre produce un menor estrés sino por el contrario puede incrementarlo.
Estrés laboral docente y Estrategias de Afrontamiento.

Existe una gran diferencia entre cualquier otro trabajo y el trabajo docente. En este último, no toda la tarea se realiza en la Institución y en el horario de clases. La jornada laboral del docente continúa en su casa a diferencia de otros profesionales o empleados asalariados. Según múltiples estudios se considera población de riesgo al estrés, el personal sanitario, personal de la enseñanza, asistentes sociales entre otros profesionales con contacto con personas. De tal manera el estrés se puede presentar generalmente por el exceso de trabajo, lo que conlleva a un sobreesfuerzo que genera estados de ansiedad y fatiga.
Una definición de el estrés laboral docente la dan: Kyriacou y Sutcliffe citados por  Muchinsky, 2000, “el estrés del profesor se define como aquella experiencia de emociones negativas y desagradables, tales como enfado, frustración, ansiedad, depresión y nerviosismo, que resultan de algún aspecto de su trabajo y que van acompañadas de cambios fisiológicos y bioquímicos .
En efecto el estrés laboral docente se puede presentar cuando el individuo percibe estar atravesando una situación que le supera su capacidad de respuesta, es decir, los docentes se exponen a grandes presiones en su trabajo por diferentes causas, como resultado de esto se ve afectado negativamente y ocasionando cambios fisiológicos y del comportamiento.
Ahora bien, es importante destacar la importancia de la relación mente-cuerpo Platón (citado por Oblitas 2006) decía:
De la misma manera que uno no debería intentar curar los ojos sin la cabeza, o la cabeza sin el cuerpo, no se debería intentar curar el cuerpo sin el alma…la parte nunca estará bien a menos que la totalidad este bien (p.56).
Es decir, según esta concepción se entiende que ambos elementos configuran una totalidad y se condicionan recíprocamente, sin embargo los numerosos estudios sobre la relación mente-cuerpo han cambiado con el tiempo y en las diferentes culturas, entones es preciso sumarle importancia a tratar el estrés no solo por las consecuencias físicas que pudiera generar sino también el impacto directo de lo emocional, ayudando de manera positiva a afrontar el diagnóstico y enfrentarse activamente al medio y modificarlo en su propio beneficio.
Por su parte Milstein y Golaszewski citados por Cheril, Travers y Cooper  (1997) acotan que:
El resultado final del estrés entre maestros es que muchos hombres y mujeres con talento. Que tienen altas expectativas de progreso, acaban desmoralizados y desilusionados. Algunos abandonan la profesión. Otros permanecen en ella pero les asaltan multitud de manifestaciones físicas, emocionales y de comportamiento que están relacionadas con el estrés.
Cheril, Travers y Cooper (1997)  acotan que “Los docentes padecen estrés debido al trabajo que hacen en casa, al comportamiento de los alumnos, la falta de vías promocionales, las condiciones laborales insatisfactorias, la mala relación con colegas, alumnos y administradores, y muchos otros problemas”. Es decir, el deterioro emocional del docente puede ser grave cuando este tiene sobrecarga física y psíquica a causa de las muchas horas de trabajo, dedicación, presiones y tensiones en la institución.
Lazarus y Folkman (1984) definen el afrontamiento como “el cambio constante de los esfuerzos cognitivos y conductuales para responder a las demandas especificas de carácter externo y/o interno que se valoran como elementos que exceden los recursos de una persona” (p. 141).
Por su parte Lazarus y Launier (1966) definen el afrontamiento como “los esfuerzos intrapsiquicos y orientados a la acción (cognitivos y afectivos), para manejar demandas internas y ambientales que ponen a prueba o exceden los recursos personales, al ser valorados como excesivos por el individuo en relación con los recursos que dispone o cree disponer”.
De acuerdo a Lazarus y Folkman (1986), se centran en la teoría de la evaluación cognitiva y el afrontamiento como dos procesos fundamentales y mediadores en la relación individuo-ambiente. Antes de que ocurra una emoción, las personas hacen de forma automática, por lo general inconscientemente una evaluación de que ocurre y esto permite significar para ellos que grado de estrés  le puede ocasionar; estos autores clasificaron dos evaluaciones, la primaria consiste en analizar si el hecho es positivo, neutro o negativo y, además, valorar las consecuencias presentes daños o pérdidas y/o futuras del mismo, y la secundaria el individuo analiza los recursos y capacidades y posibilidades de acción (afrontamiento) ante esa situación estresante.
El afrontamiento por todo lo dicho, es útil para manipular o alterar el problema con el entorno causante de perturbación (afrontamiento dirigido al problema) y regular la respuesta emocional que aparece como consecuencia (afrontamiento dirigido a la emoción).
Entonces, en consecuencia resulta conveniente considerar seriamente esta problemática, debido a la importancia que tienen los profesores y la gran responsabilidad que asumen a la hora de enseñar a los alumnos, e indagar la manera en que se presenta el estrés y las estrategias de afrontamiento que se puedan recurrir en relación a los diversos factores a los que se exponen a la hora del desempeño de los profesores a nivel universitario, todo esto con la finalidad de ofrecer  técnicas y herramientas adecuadas para mantener y perfeccionar su rendimiento laboral.
PUBLICADO POR: GERALDINE BAUTISTA 

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